El siluro es el mayor pez de aguas interiores de Europa, y uno de los más voluminosos de las aguas epicontinentales; puede alcanzar un gran tamaño en condiciones favorables, hasta 300 cm de longitud y 150 kg de peso, aunque no se haya registrado espécimen de semejante tamaño en más de 100 años, siendo mayor que el lucio.
Se trata de un pez bentónnico, dotado de grande barbas y de actividad nocturna. Es ictiófago, aunque no rechaza otros vertebrados
El hilo utilizado para la captura del siluro debe ser muy resistente. Para los grandes especímenes se utiliza hilo de 0,4-0,6 mm o más; la caña debe ser resistente (de acción 100-300 g) y preferiblemente de dos tramos, y el carrete debe ser del tipo 'masivo', y muy robusto. Suelen usarse hilos trenzados con alta resistencia ya que los siluros poseen una dentadura en la que sus dientes están dirigidos hacia dentro y son tan pequeños que en vez de cortar, desgarran. Un hilo monofilamento, por mucha resistencia y anchura, le duraria muy poco en la boca, aunque si la captura no es demasiado grande, se saca sin problemas. Otra forma más económica, ya que el hilo trenzado es bastante más caro que el típico de nylon, es colocarle unos 40cm de hilo de acero en el exremo. No hace falta preocuparse por el brillo o la opacidad del hilo de acero ya que el siluro prácticamente no ve, sino que se guía por sus barbas que captan todas las vibraciones. Por ello, hay veces que se encuentran hasta latas en el interior de los grandes ejemplares.
El periodo óptimo de pesca del siluro se sitúa a principios de verano y principios de otoño, hasta finales de éste, y se concentra especialmente en el mes de jumio. Su pesca fuera de este período no tendrá éxito alguno, ya que el siluro se esconde en sus agujeros y de allí no sale hasta la siguiente temporada. Cuando las carpas están frezando y la temperatura del agua ronda los 14ºC, entonces es el mejor momento para su pesca